domingo, 7 de abril de 2024

UN GLOBO AROSTÁTICO "ATERRIZA" EN SANTA COLOMA

 

DIARIO DE BARCELONA. Martes, 14 de agosto de 1855. Hemos sabido que el intrépido aeronauta Mr. Buislay vino a caer con su globo en el término de Santa Coloma de Gramenet, cuyos honrados habitantes le dispensaron toda clase de protección, llegando a Barcelona en el último tren del ferro-carril de Granollers.  Para el periódico “El Áncora”, que también recoge la noticia, cogió el tren de las ocho y tres cuartos de la noche.


                 



Paréntesis, os recuerdo que en aquella época, Santa Coloma tenía estación a la derecha del Besós y según el Diccionario Histórico-Geográfico-Estadístico de Pascual Madoz (1845), habían 150 casas y 588 almas.

Pero, ¿quién era Mister Buislay? Esteban Buislay era francés -Etienne, era su nombre original- gimnasta, acróbata y aeronauta. Dirigía la Compañía Gimnastica Aeronáutica en la que también participaban su hermano Julio y el niño Adolfo Buislay, después se incorporarían más familiares. Estos realizaban variados y divertidos ejercicios gimnásticos, en el trapecio y con la percha. El número estrella de Mr. Buislay era la “Montaña Espiral” de unos 15 metros de altura, sobre una bola de madera, ejecutándolo de espaldas a la subida. Acababa el espectáculo con una ascensión en globo, realizando también arriesgados ejercicios. Todo ello amenizado por una banda militar. Procedentes del Hipódromo de París, los encontramos en 1854 en Barcelona y Valencia. El año 1855 realizaron innumerables actuaciones en la Ciudad Condal, siempre en los jardines de los  Campos Elíseos, donde se estableció el primer parque de atracciones de la ciudad.

Más tarde llevaron su espectáculo por diferentes ciudades españolas: Madrid, Zaragoza, Córdoba, Sevilla, Málaga o Cartagena. Un cartel conservado en el museo de esta última ciudad, reza: “Se ruega que no asistan los enfermos del corazón”.

El incidente de Santa Coloma no sería el único en la aventura aerostática de los Buislay y otras veces no encontraron gentes tan pacificas como las colomenses. Unos meses antes de lo sucedido en nuestro pueblo, el aire arrastró el globo hasta Badalona, donde Esteban lo hizo caer mar adentro, a una legua de la playa. Fue rescatado junto a su hermano por un barco, gracias al salvavidas, semidesnudo e intoxicado por el gas del globo. Los descensos en los campos próximos a Barcelona, también fueron peligrosos. Nuevamente, en 1855, dos casos. En el primero, fue a caer en las inmediaciones del Campo del Arpa, donde fue recibido con pedradas y gritos. Gracias a varios milicianos y los alcaldes de Sant Martí, la cosa no pasó a mayores. El segundo, pocos días después fue en los campos del vecino pueblo de Sant Andreu. Una turba de bárbaros, les atacó con piedras. En este caso, una patrulla de la Guardia Civil a caballo tuvo que repartir unos cuantos sablazos para salvarlos. Al año siguiente, tuvieron otra experiencia similar en Málaga, según la prensa malagueña

La compañía de la familia Buislay, cruzó el Atlántico para actuar en América, en colaboración con diferentes circos. Santiago de Chile, Lima, Río de Janeiro, Montevideo, Nueva York -donde casi se mata Julio al caer al río Hudson- o la capital mexicana. En 1870 en la plaza de toros de Ciudad de México, Adolfo caía del trapecio instalado en el globo y fallecía dos semanas después. Un año antes nacía Hortensia Buislay, gran trapecista que continuaría la saga.

                                                          Biblioteca Nacional de Chile

A mediados de la década de los setenta la familia se establece en San Francisco, donde siguieron realizando su espectáculo y donde no faltaron sus descensos comprometidos, como quedó reflejado en la prensa de la Ciudad de la Niebla.

Etienne, Jules, Grénet, Adolphe, August, Joachim y Hortensia. Sirva este artículo de homenaje a esta familia de artistas.

 

©️Domingo Rodríguez, marzo de 2024